Sequia
Autor para correspondencia: Lara-González César
México durante la sequía: ¿qué está pasando?
Las sequías son fenómenos ambientales a los que se les han adjuntado una serie de fenómenos sociohistóricos de orden ideológico y operativo que han intensificado y producido la escasez de agua que actualmente viven las grandes ciudades. La sequía es considerada un problema de primer orden por sus efectos negativos en la actividad ganadera. La sequía en el territorio nacional agudizada por la crisis climática ha puesto en riesgo la producción de granos y hortalizas del ciclo primavera-verano en este año y por tanto se compromete la seguridad alimentaria del país.
Hasta el primer trimestre del año 2021 se determinó un 83.2% del territorio nacional con algún grado de sequía, con un 24.8% menos lluvia que lo habitual.
Una sequía se define como la disminución o la ausencia de precipitaciones pluviales respecto al índice anual y, contrario a lo que se supone, es un evento normal y recurrente que se presenta de forma cíclica en todas las zonas climáticas del mundo, aunque con mayor intensidad y recurrencia en las zonas áridas y semiáridas (como en los estados del norte). “Se debe tomar a la sequía como un fenómeno que siempre se presentará y como parte de la condición ambiental”.
Diferentes autores mencionan que en México la sequía severa ocurre en promedio “cada 20 años” y cuando se presentan provocan un desbalance hídrico en el ciclo del agua, pues la disponibilidad del recurso es insuficiente para satisfacer las necesidades de los seres vivos. Una sequía puede durar en promedio de uno a tres años, y termina cuando las lluvias regresan y se recupera el índice normal de precipitación se restablece el funcionamiento de los cuerpos de agua.
México es un país vulnerable a las sequías porque gran parte del país (52%) está catalogado como árido o semiárido. Estados como Chihuahua y Coahuila tienen promedios anuales de lluvia de 462 y 379 mm respectivamente, mientras que Tabasco presenta un índice de 2,102mm, en estas regiones se encuentra el 32% del agua superficial, se concentra el 77% de la población nacional y se produce el 85% de PIB. A lo largo de la república mexicana se han recurrido al uso de tecnología para construir grandes obras hidráulicas que han permitido modificar, almacenar y ejercer control sobre los distintos cuerpos de agua con lo que se ha podido mitigar (en parte) a la sequía y se ha asegurado (relativamente) el abastecimiento de agua y con ello la permanencia del ser humano en zonas semiáridas y áridas.
Con la construcción de obras hidráulicas se crearon paradigmas de abundancia de agua y progreso y solo se tiene noción del problema cuando por algún motivo se suspende el servicio de agua.
La “crisis del agua” fue provocada por la expansión capitalista que modificó causes y cuencas. El balance entre el consumo de agua y las reservas disponibles está roto, es decir se consume más de lo que se recarga. Por lado, en lo relativo a la contaminación se señala que el 27% presenta calidad satisfactoria, 49% se encuentra poco contaminada, 24% se encuentra altamente contaminada y solo el 5% presenta calidad excelente.
La sequía y la ganadería
Existen diferentes estudios que señalan cuales son las diferentes acciones a implementar para mitigar los efectos negativos de la sequía sobre ganadería. Dentro de las recomendaciones podemos identificar dos enforques de responsabilidad; por un lado, el estado en la atención al problema y por otro lado, los dueños de la tierra y/o ganaderos con el manejo de los agostaderos. Todas las prácticas se basan en mantener un equilibrio entre la disposición de forraje y la carga animal, para evitar el sobre pastoreo.
Entorno a la sequía
Se considera sequía la temporada con precipitaciones menores a 75% del promedio anual de la región. Es común que se confunda aridez con sequía. Sin embargo, la aridez se refiere a una escasez permanente de agua en determinada región, y sequía a un periodo de baja precipitaciones en relación con el promedio en un largo lapso.
La sequía tiene impactos ambientales, económicos y sociales. Puede ser un fenómeno devastador si se afecta a una región por un largo periodo. Se le asocia con los siguientes daños:
En ganadería el impacto inicial de la sequía se percibe en la reducción de forraje disponible y, posteriormente en la disminución de su producción que se refleja en sus pesos bajos, afectándose la reproducción y producción de leche.
Otra consecuencia de la sequía es la proliferación de las plantas menos palatables y la posibilidad de que el ganado, por hambre, consuma plantas con factores antinutricionales y lleguen a presentarse bajas por intoxicaciones. Por otro lado, el sobrepastoreo afecta la condición de los suelos en los agostaderos, por lo que aumenta la erosión y conduce a disminuir el potencial biológico.
Manejo de agostaderos
El manejo inadecuado de los agostaderos ha propiciado su degradación, lo cual los hace más vulnerables a retrasos en la temporada de lluvias y/o precipitaciones menores a las esperadas, y constituye un problema severo para los ganaderos por la disminución de la capacidad forrajera de las tierras de los ganaderos por la disminución de la capacidad forrajera de las tierras de uso ganadero.
El uso irracional de las tierras ganaderas se origina en la creencia de que a mayor cantidad de cabezas de ganado en pastoreo se obtendrá una mayor producción de becerros. En un trabajo de investigación se entrevistó a ganaderos, donde se menciona que estos mantienen la mayor cantidad posible de ganado con la esperanza de que las lluvias sean favorables y poder obtener una mayor producción y que están conscientes del riesgo que corren de que se les mueran los animales si las precipitaciones no se presentan de manera favorable en sus tierras. Además, algunos comentaron que el numero de cabezas de ganado define el nivel de “estatus” dentro de su comunidad. Estos factores contribuyen a explicar la sobre explotación de los agostaderos.
Medidas para disminuir los efectos de la sequía en ganadería
Conclusiones:
Para enfrentar y mitigar las afectaciones por la sequía, el ganadero debe enforcar esfuerzos para mejorar las condiciones del suelo con el fin de conservar y aumentar el potencial biológico, producir mayor forraje y retener la mayor cantidad de agua de lluvia, así mismo identificar cual es la cantidad adecuada de animales que puede sostener en el rancho durante todo el año y no olvidar que para ser ganadero hay que ser agricultor, además que considere que lo más importante en un rancho es el suelo.
Bibliografía:
Esparza, M. 2014. La sequía y la escasez de agua de México: Situación actual y perspectivas futuras. Secuencia. Trabajo de doctorado en Historia Moderna y Contemporánea del Instituto de investigaciones. No. 89 Mayo-Agosto 2014.
López, M., Solís, G., Murrieta, J., López, R. 2010. Percepción de los ganaderos respecto a la sequía. Viabilidad de un manejo de los agostaderos que prevenga sus efectos negativos. Centro de investigación en alimentación y desarrollo A.C. Universidad de Sonora.
NOROESTE Consultado en https://www.noroeste.com.mx/nacional/el-832-del-territorio-de-mexico-sufre-sequia-alertan-LA727937